super recomendado for una escapada

Encantadora posada, acogedora habitación, en un entorno natural espectacular que incluye bien cuidados senderos y tranquilidad absoluta, ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza.

Estoy totalmente satisfecho

una cena en el comedor con vistas impresionantes

eficiencia en el check-in, atención al detalle

televisión pequeña

Las vistas son espectaculares desde la habitación.

El desayuno era muy bueno y abundante (no podía dejar de repetir! ). La cena fue excelente, especialmente el solomillo al horno con tomillo, un 10. La amabilidad de Pepe y Helena hizo que nos sintiéramos en casa.

Todo ha sido excepcional.

No olvides preguntar a Helena y Pepe por recomendaciones de senderismo. sus sugerencias son invaluables para descubrir la belleza natural de la región.

vistas impresionantes desde las habitaciones, entorno tranquilo ideal para desconectar, encantadora decoración

La accesibilidad al hotel podría mejorar, ¡tienes que estar preparado para la dificultad de moverte por calles estrechas y empinadas!!! Además, falta variedad en el menú de cenas, lo que puede decepcionar a quienes buscan opciones diferentes cada día.

La decoración es exquisita y la habitación, amplia y luminosa, ofrece unas vistas realmente agradables. Disfrutamos de un desayuno completo que incluía todo tipo de opciones, aunque sería genial tener una versión más ligera para quienes no estamos acostumbrados a tanto.

La ubicación es bastante retirada. el pueblo más cercano está a 7.5 km, así que hay que usar el coche para cualquier cosa como cenar o ir al supermercado. El restaurante solo ofrece un único menú para la cena, que es caro y no tiene variedad. no hay opciones ni entrantes, lo que puede limitar un poco la experiencia culinaria.

La cena, elaborada por Helena y Pepe, estaba de rechupete, un menú único que brilla por su calidad, aunque un poco limitado en opciones. El ambiente es fenomenal, lleno de buena música y con vistas espectaculares desde la habitación. ¡Te sentirás como en casa, con buena lectura de fondo!

La accesibilidad es algo complicada. hay que prepararse para el camino hasta el pueblo y el restaurante solo ofrece un platillo único para la cena. Pero a pesar de eso, la comida lo compensó todo.

Disfrutamos de una increíble estadía en un entorno muy acogedor. Las habitaciones son amplias y luminosas, y las vistas son espectaculares. Pepe y Helena disfrutan de cocinar, lo que se refleja en los deliciosos desayunos y cenas que ofrecen, siempre con variedad y sabor. Aprovechamos mucho sus recomendaciones sobre actividades en la zona, lo que hizo nuestra experiencia aún más memorable.

una experiencia culinaria inolvidable con sabores mágicos para todos los gustos

Disfruté cada momento en Posada Real La Almazuela. La amabilidad de Pepe y Helena me hizo sentir como en casa. Las cenas son artísticas y las habitaciones son espaciosas y cómodas. ¡Los desayunos son inolvidables! La naturaleza que rodea el lugar es pura magia.

La atención de Helena y Pepe es excepcional, te hacen sentir como en casa. Las habitaciones son cómodas y están bien equipadas, disfrutamos de unas vistas maravillosas desde nuestra habitación. La comida es de alta calidad, especialmente la cena. Pepe nos sorprendió con un solomillo al horno que estaba increíble. El ambiente es muy tranquilo, ideal para desconectar y disfrutar de la naturaleza. Además, ofrecen recomendaciones personalizadas sobre actividades en la zona, lo que nos ayudó a planificar nuestras excursiones.

La accesibilidad al pueblo es complicada debido a las calles estrechas y con pendiente, lo que puede ser un inconveniente si llevas equipaje pesado o si tienes movilidad reducida.

La habitación era amplia y luminosa, con vistas realmente espectaculares. Además, estaban limpísimas y tenían un ambiente acogedor. Sin embargo, las almohadas me parecieron un poco gruesas, y la tele, aunque no la usé mucho, era pequeña para el tamaño de la habitación. En general, estuve cómodo y disfruté la tranquilidad del lugar.